LOS NEGROS DEL CHOTA
LOS NEGROS DEL CHOTA
Hacia 1575 llegan los
primeros negros por vía privada; según los esposos Costales, el artífice de
esta primera importación fue el cacique de Tulcán, García Tulcanaza.
El primer grupo negro
que arribó en los iniciales 50 años de poblamiento africano, fue comprado por
particulares en Cartagena de Indias y procedían de dos zonas africanas: de
Guinea, al norte, y de Angola, al sur. A su vez de Guinea provenían los
conocidos grupos de Mandingas y de Babaras. Los Mandingas eran de religión
mahometana, orgullosos y con fama, de mal carácter, provenían de la región de
Senegambia, gustaban de la hechíceria y se consideraban el grupo africano más
culto.
Entre 1580 y 1590,
debido a la presencia de los primeros negros en el valle, los indios del Chota
se sintieron incómodos y migraron a Pimampiro. Según un censo de 1582, se
encontraron 2.350 indios en los lugares de Chapí y Pimampiro. Según el cura
Antonio de Borja, en Coangue (Valle del Chota), vivían seis españoles que
cultivaban viñas, para lo cual tenían algunos negros, pero curiosamente en este
lugar no existía ningún niño y la población tendía a desaparecer. Por estos
años y ante la visión de los españoles, los nombres del Chota y de Coangue
tenían muy poca incidencia, sirviendo como ejemplo el dato de que en las provisiones
del Cabildo de Quito efectuadas entre 1583 y 1594 no figuran para nada estos dos nombres.
Desde 1745 a 1767, se da
un nuevo auge en el comercio esclavista, pues los Jesuítas se dedican a comprar
7 esclavos por año exclusivamente para Cuajara, Ilegando a la suma de 129
hombres y 135 mujeres. Los apellidos más comunes en los esclavos comprados son
los de Congo y Mina, siguiéndoles a estos Cochere, Espinosa, Sabú y Socare.
Desde el punto de vista económico y a pesar de tener sembradas 100 cuadras de
caña, había períodos de inactividad por falta de caña y por fallas en las
acequias. De promedio se elaboraban 275 libras mensuales de azúcar.
Hacia 1750, los jesuítas
compraron 60 esclavos en Popayán, casi todos del grupo Congo y Carabalí,
rezagos del gran auge importador efectuado del 1730 al 1738. Hacia el mismo año
de 1750, el colegio jesuíta de Quito compró en Popayán 61 esclavos
(investigaciones del Dr. Gerardo Andrade). Para este año, la hacienda de La
Concepción contaba con 760 esclavos y la de Cuajara con 530.
En 1759, había dos
esclavos especializados en herrería que fabricaban fierros para el trapiche.
Hacia 1760, los jesuítas realizaron las últimas compras de negros en Portobelo.
En 1764, Carpuela producía mensualmente 30 botijas mensuales de miel, anís y
algodón; Para este año, los esclavos le habían cogido verdadera fobia al
hermano Carrión.
En 1767, en Cuajara se
contabilizaron 264 esclavos obreros y 12 indios jornaleros; los primeros tenían
servicio de botiquín, medicina y cárcel con 5 cepos. Es importante anotar que
la cárcel pública de Quito también poseía infiernillo y sala de tormentos para
todo tipo de presos.
En este año fueron
expulsados los jesuítas de España y sus colonias americanas. En los inventarios
se anota que dejaban 6 ingenios de azúcar: Caldera, Carpuela, Coangue, Cuajara,
Chamanal y La Concepción. En las haciendas quedaron 2.615 esclavos, de ellos
1324 estaban destinados para trabajo pesado en 8 haciendas. La hacienda que
tenía más esclavos era la Concepción, en Otavalo, con 760, le seguía Cuajara,
en Ibarra, con 540 y venían en orden decreciente Chamanal, con 300 esclavos,
Tumbabiro, con 250 y la hacienda de Santiago, en Ibarra, con igual suma. Es
importante tomar en cuenta que el 18% de los esclavos eran niños.
Ubicación: Valle del Chota,
Ubicado entre el límite de las provincias Carchi e Imbabura, a 35 Km. de
Ibarra.
Costumbres: Las expresiones
musicales de la población negra del valle del Chota conservan una serie de
elementos tradicionales y un fuerte contenido étnico; son además, exclusivas de
este grupo. Se trata de música hecha por los negros del Valle, con un equipo
instrumental muy propio, y, fundamentalmente destinada a la recreación del
mismo grupo. A pesar de que las expresiones musicales difieren notablemente de
las de la población afro-esmeraldeña, el baile, por lo contrario, muestra
aspectos formales y de contenido similares.
Vivienda. Técnica del Bahareque,
es la denominación de un sistema de construcción de viviendas a partir de palos
entretejidos con cañas, zarzo o cañizo, y barro. Esta técnica ha sido utilizada
desde épocas remotas para la construcción de vivienda en pueblos indígenas de
América.
Dentro de los tipos está
el embutido, esterilla y el tejido, construidos con materiales naturales como
pilotes estructurales de madera; con cubiertas protectoras a dos aguas,
elaboradas con las hojas de la palmera de la región, divisiones y paredes, un
encofrado en esterillas guadua relleno por una argamasa de diversos materiales
de origen vegetal compactada con mediante golpes con "pisón",
recubiertas de una última capa para el lustre con algún tipo de cal; sus
patrones siempre siguen formas rectangulares además utilizada para el
inmobiliario interno, elaborado completamente con los materiales disponibles en
el lugar. Las enramadas externas anexas al bahareque las llaman caney.
Vestimentas
Para las labores
cotidianas utilizan ropa occidental y ligera en hombres; para las mujeres
vestidos coloridos.
Cuando están de fiesta,
las mujeres llevan blusa de tela fina de diversos colores, anudada por la
cintura, faldas de colores brillantes que combinan con sus blusas. Nunca falta
la botella de vidrio decorada de diversas formas y colores en sus cabezas, las
cuales manejan con gran maestría.
Los hombres llevan
siempre camisa blanca y pantalón de color negro o blanco.
Generalmente se baila
descalzos o con zapatillas de lona blancas y negras, para mujeres y hombres
respectivamente.
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